La Fundación Antonio Pérez trae a Cuenca la primera etapa artística del icono del Pop Art Andy Warhol
Por
REDACCION
x
redaccionguadanewses/9/9/19
domingo 05 de marzo de 2017, 13:25h
.- La Fundación Antonio Pérez de la capital ha abierto sus puertas a la obra del artista icono del Pop Art, Andy Warhol, con la instalación de la exposición titulada ‘Warhol. Original Works. Drawing and mixed media. Todo empezó así…’, donde se recoge una selección de 17 trabajos de los inicios del genial y controvertido artista estadounidense, que transcurren a lo largo de la década de los 50, junto a obras de otros nombres de reconocido prestigio como Boyer Tresaco, Pedro Castrortega, Yolanda Relinque y Jean Paul Cortin.
Precisamente, Castrortega y Relinque, junto a una representante de la Galería Theredoom y el director de la FAP, Cirilo Novillo, han acompañado al diputado de Cultura, Francisco Javier Doménech, en la inauguración de esta muestra, que ha tildado de “todo un lujo para Cuenca”, puesto que, según ha dicho, “no hay que olvidar que estamos hablando de obra original del precursor del Pop Art”. No es de extrañar, por lo tanto, que haya mostrado su satisfacción por poder contar con esta exposición tan especial, que viene, además, a enriquecer la oferta cultural de la ciudad y acrecentar, en consecuencia, su atractivo tanto para los visitantes como para los propios conquenses.
Hasta el próximo 8 de mayo se puede disfrutar en el Centro de Arte Contemporáneo de la capital, dependiente de la Diputación de Cuenca, de esta muestra que se trata de un proyecto expositivo desarrollado por la Galería Theredoom en colaboración con la Andy Warhol Foundation for the Visual Arts de Nueva York, y que ya ha visitado algunas ciudades de nuestro país. Es, sin duda, una ocasión única para disfrutar de las primeras obras que luego le catapultaron a la fama.
Para conocer más a fondo las obras expuestas en la muestra “Todo empezó así…”, expertizadas por Andy Warhol Foundation y comisariada por Boyer Tresaco, debe trazarse un breve recorrido por la evolución del artista en la década de los cincuenta. Durante estos años el artista comenzó a formar un estilo propio y único que posteriormente le impulsó a la fama. Todas estas piezas únicas, de carácter excepcional, carecen de la huella litográfica o serigráfica que posteriormente protagonizó su producción. Es en ese momento de producción única en el que se centra la exposición, aunque también habrá que dar un salto a la década de los ochenta, siendo este el marco cronológico de la muestra.
Hay que partir de su llegada a Nueva York, cuando comienza a utilizar la técnica denominada “blotted line”, especialmente empleada por el artista en los encargos publicitarios. Ésta fue supuestamente descubierta por Andy Warhol mientras secaba un dibujo en tinta, colocando un papel sobre el dibujo para que absorbiese el exceso, una técnica que podría asemejarse a una serigrafía manual o casera. Esta técnica de impresión, fue probablemente aprendida de trabajos similares realizados por Paul Klee, cuyo estilo, influido por las enseñanzas de la Bauhaus, fue por otro lado inspirador para Warhol en este periodo. Técnica que podrá comprobar in situ el visitante de la FAP en obras como ‘Christmas Topiary’, ‘Fruit Tree’ y ’Shrubbery’.
Estas obras, especialmente la técnica con la que están realizadas, conectaron con un lenguaje más comercial que Warhol tomó para aplicar a los trabajos publicitarios, utilizando un estilo más sencillo, como es el caso de ‘Shoe With Loop’. Y continuando con esta técnica pero variando el estilo a uno más comercial, con una intención más icónica y que refleja algunos de sus fetiches más característicos, son algunas de las obras más llamativas de la exposición y en las que hay una mayor aproximación al estilo que posteriormente tomará el artista pop, que no son otras que ‘Leg and Shoe’ y ‘Conical Dessert In Cup.
A su llegada a Nueva York, Warhol ya tenía suficientes habilidades técnicas y actitud para desarrollar su carrera como artista comercial o ilustrador, tanto para revistas como para la industria de la moda. En los años previos a la llegada de su madre a la ciudad, Warhol disfrutó de una libertad que definió lo que fue su estilo gráfico con un reconocible esquema lineal, convirtiéndolo en su propia firma. Fue eliminando las líneas en lápiz, los sombreados y los encuadres excéntricos para sustituirlos por marcas de zapatos, gatos, ángeles, acróbatas y otras figuras inspiradas en fotografías de revistas o periódicos; algo que se puede comprobar en las obras ‘Acrobats’ y ‘Young Lady”.
Durante los primeros años de la década de los cincuenta, debido al éxito de su carrera como artista comercial, se conservan muy pocos dibujos de aquella época, aunque nunca dejó de hacer retratos y bocetos en bolígrafo, algunos de los cuales se reúnen en la exposición “Todo empezó así…”. En el resultado de su obra se entiende la influencia que tuvieron en Warhol artistas como Matisse, Cocteau, los retratos y los desnudos que realizó Picasso en los años 20, el realismo americano de Paul Cadmus, Charles Demuth o Ben Shahn. La mayoría de los trabajos conservados de esta época consisten en retratos a jóvenes chicos, haciendo especial hincapié en los cuerpos, con especial interés en los pies, los penes y las cabezas.
“Boy’s Head”, Tinta de bolígrafo sobre papel
Apenas empleaba el sombreado y la localización espacial, representando las figuras centradas en la imagen. Las convertía en objetos de fetiche, adornadas habitualmente con bocadillos de texto, corazones, besos o dedicatorias, y rara vez incluyendo su firma o la fecha de ejecución al tratarse de bocetos o dibujos. Realizó infinidad de retratos rápidos, no solo a sus amigos, sino a las estrellas de Hollywood, siendo estos trabajos los precursores de los posteriores retratos que Warhol realizó a artistas como Dennis Hopper, Grace Jones, Mick Jagger o Gianni Versace.
Aunque Andy Warhol tuviera asistentes durante la década de los cincuenta, incluyendo a Vito Gallo, Nathan Gluck o a su madre, Julia, trabajaba con un estilo único y original, asociado a él y a su ingenioso y coherente talento tanto para la pintura comercial como para los retratos privados. Debido a que rara vez sus obras estaba firmadas o fechadas y a un voluntario estilo sencillo y a una técnica mecánica (lo que le permitía repetir y combinar imágenes usadas para nuevos propósitos), resulta complicado datar concretamente las obras realizadas durante esta década.
Desde sus comienzos se adivina una intencionada planitud, estilo denominado “flatness”, y el deseo por eliminar las huellas del artista, aunque estas características fueron marcándose más en su obra con el paso del tiempo, también influido por Jasper Johns y Claes Oldenburg. Algunas muestras de sombreado o tridimensionalidad se pueden hallar en sencillos bocetos de naturalezas muertas únicas realizadas a comienzos de la década en la que se encuadra la exposición, tales como ‘Still Life’ (Key and Envelopes).
En los años sesenta, especialmente en 1962, realizó varios bodegones basados en fotografías, en los que, exclusivamente, delimitaba las sombras y la tridimensionalidad de los objetos, éstos realizados tanto sobre papel como sobre lienzo.
Tanto en sus tempranos dibujos, de los que encontramos ejemplos en esta muestra, como en las obras más tardías, posteriores a la fundación de The Factory, Warhol rechazó un estilo propio en favor de la producción colectiva. En los años cincuenta el artista fue gestando el Pop Art mientras trabajaba como artista comercial e ilustrador de moda. Durante estos años él pintaba por encargo, para proyectos concretos, y también lo hacía por placer, para cubrir su propia ambición de alcanzar la fama. Sus trabajos, aunque fuesen exitosos anuncios, llegaron a ser expuestos en Gotham Book Mart Gallery en 1971. Estas imágenes son mucho más que meros documentos de la prehistoria del Pop Art, de hecho pueden ofrecer, en ciertas ocasiones, un mayor atractivo o más información del movimiento que las obras más pragmáticas del mismo.
Hacia el 1962-63, tras haber desarrollado completamente el concepto del Pop Art, dejó de realizar este tipo de dibujos durante aproximadamente una década. Las obras aquí presentes realizadas en la década de los ochenta terminan por redondear y explicar la evolución que tuvo el artista, hasta lograr ser el constructor de mitos más grande de la historia. En ellas se puede ver lo que en las anteriores era sólo un velo: esa tendencia a la reiteración y a la búsqueda del mito, repitiendo incansablemente los rostros de las figuras más representativas del siglo XX. Revolucionó el mundo con sus creaciones, a través de la sencillez de retratos en los que aplicaba la perfecta dosis de Pop, como en ‘Einstein’, ‘Marilyn’ o ‘Michael Jackson’,
Todas estas obras ilustran nada más que una década del artista, pero no por ello tienen poco que contarnos, sino todo lo contrario. En ellas se descubren sus pasiones, sus fetiches, su amor maternal, así como la dependencia que tuvo hacia ésta. En una década se descubren las direcciones que decidió tomar para guiar su camino a la fama, de dónde bebió para alcanzarla y finalmente, gracias a las obras orgullosamente firmadas de los ochenta, el éxito que tuvo Andy Warhol para cambiar su tiempo y para cambiar la historia.