La imagen clásica del joven emprendedor es la de aquel que se arriesga al montar su propia empresa desde cero, pidiendo un préstamo para empezar y lanzándose al mercado en busca de clientes. Sin embargo, hay otras formas de serlo. Y también son arriesgadas.
Es el caso de Manuel Rubio, quien hace 12 años era un comercial de la franquicia inmobiliaria Tecnocasa. Tenía 22 años. Fue entonces, en 2006, cuando decidió hacerse cargo de la nueva oficina que habría en el barrio de Los Manantiales.
Y llegaron los años duros. “No se vendían casas, se vendías hipotecas, y esa fue la consecuencia”, cuenta Rubio. Pero aguantó y seis años después abrió una nueva oficina en la avenida de Castilla, para seguir más tarde en Aguas Vivas, Azuqueca, Marchamalo y dar el salto a Alcalá de Henares. “Cuando peor estaban las cosas confié en mis posibilidades. Han sido muchas horas y ha sido frustrante en ocasiones, he tenido que adaptar mi vida al trabajo. Pero termina siendo muy gratificante cuando encuentras la casa que tu cliente está buscando, o consigues vendérsela porque tiene esa necesidad”, se sincera.
Empleo para jóvenes
Ahora, la red de oficinas de Tecnocasa y Tecnorete que Rubio ha ido tejiendo da trabajo a alrededor de 40 personas en Guadalajara, con una media de edad de unos 26 años.
Uno de ellos es Alejandro Pulpón, que dirige la oficina de Marchamalo. Allí tiene trabajando actualmente a cinco personas. “Nuestro sello es ser amables, involucrarnos en cada barrio, en cada lugar al que llegamos, colaborar con cualquier acto que tenga lugar y formar parte de esa comunidad”, explica. Igualmente, añade que “luego estamos siempre a disposición de cualquiera que quiera comprar, vender o alquilar una vivienda, vamos donde esté”. Y no lo dice en broma, pues ya ha viajado por media España para reunirse con clientes.
Algo en lo que inciden tanto Rubio como Pulpón es en “cuidar los pequeños detalles”. Una especie de gestión inmobiliaria de guante blanco. “Al fin y al cabo es tu negocio, si te sale mal no va a venir nadie a salvarte”. También dan mucha importancia a la gestión y formación de sus equipos. “Esto no es un trabajo, es una profesión. Cada uno de nuestros trabajadores gestiona su carrera como considera”, dicen.
Un sector inmobiliario estable
A la hora de analizar el mercado inmobiliario actual y desde su experiencia, Manuel Rubio considera que actualmente está estable. “Ahora las razones por las que se vende un piso son normales: por una herencia, por una separación, porque crece la familia... Son unas necesidades de venta reales, no ficticias”.
En cuanto a la compra, “los clientes son más conservadores, más exigente y hay menos”. Sin embargo, “hay muchas más opciones donde elegir”, finaliza.
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