2443 | Luis de Miguel - 19/04/2017 @ 11:49:35 (GMT+1)
¿Hasta que punto se puede responsabilizar a dos trabajadoras, cuando cumplen órdenes y procedimientos dados por la dirección y la gerencia?
En todo este proceso, y sin entrar a valorar sobre el grado de responsabilidad de estas trabajadoras, algo se escapa a los ojos de la mayor parte de los implicados, aunque me temo que la dirección del centro, con la gerencia del AMAS al frente, ha caido en la cuenta antes que nadie, y ha sido desviar los ojos de la opiníon pública y enfocarlo hacía otro objetivo. En este caso hacía familiares y principalmente hacía las trabajadoras.
Probablemente, si la Sr Directora fuese a recoger un premio por su gestión, no hubiese realizado esta maniobra, todo lo contrario, sería el caso en que los curritos hubiesen hecho el trabajo sucio, y lo taparían para asomar ante todo los logros de una dirección y gerencia, que resulta inoperante ante aquellos de quien ya se quitaron la venda hace mucho tiempo.
Había trabajadores y familiares que han defendido en ocasiones a su dirección y gerecia, pero ante un juez, con la directora a la cabeza, no ha dado la cara por sus colegas y compañeras, por el contrario ha serpenteado para dejar caer una gran losa sobre dos personas. Estas personas, que sin entrar a valorar su grado de implicación, siguen órdenes y directrices marcadas por sus jefes directos.
Esta dirección y gerencia, en su fragante proceso de conseguir objetivos productivos con sus residentes y en recortar gastos, ha subyugado a la normalidad, la sobrecarga de trabajo que padecen en primer término el personal auxiliar de enfermería, además de haber sobredimensionado sus capacidades operativas y funcionales, generando una demanda de tareas que sobrepasa los tiempos para cumplir cualquier objetivo en esta mal intencionada cadena de montaje. Además, de no poder realizar en tiempo muchas de las funciones que se les ha encomendado desde dirección, ésta no les corresponde frente a las reclamaciones de los familiares. La dirección muestra una cara frente a los familiares con motivo de las reclamaciones, todas ellas fundamentadas y siguiendo la única vía que tienen los familiares para reclamar administrativamente. La dirección, por el contario, pretende hacer ver que los familiares son el enemigo.
La realidad es que siempre, familiares y trabajadores han demandado más personal, para liberar de carga a los profesionales, y proporcionar una mayor calidad en el servicio, y que, por la cual, los residentes acabarían obteniendo esa calidad, trato y dignidad que se merecen. ¿Cuántas veces hemos se a visto manipular una sola auxiliar a un residente? ¿es seguro que se deba actuar así? en el caso de ser dos profesionales las que manipulan a cada residente, ¿llegarían a tenerlos preparados (aseados, desyunados, etc) a debido tiempo?, hagan lo que hagan, siempre tendrán reprimenda, bien por el familiar en su derecho de reclamar en la segunda de la situaciones (o en su ignorancia de no hacerlo en la primera), y o bien por la JATA, si llega el caso de alguna reclamación de este familiar.
No se trata de desmerecer la incansable labor de los profesionales, pero sí de sacar a la luz pública, que quienes tienen la sartén por el mango están eludiendo cualquier tipo de responsabilidad como gerentes que son, de la implantación de sus propios procedimientos, hasta ahora ineficaces y cuestionados por los familiares con la infinidad de reclamaciones interpuestas.
Que tampoco se olviden algunos sindicatos, cuando hace meses publicaban notas de prensa eludiendo las cuestiones sobre una ratio que no se cumple, desviando la atención e incitando a los profesionales a cuestionar las reclamaciones que se interponian, que en su mayor parte resposabilizan a la dirección. Seámos seríos y no tiremos piedras sobre nuestro tejado. La calidad de unos es el beneficio de los otros.
No nos olvidemos de quienes son los que mandan y quienes ejecutan las órdenes, no nos olvidemos de quienes se echan a un lado cuando se trata de responsabilizarse, y quienes acaban por dar la cara. Familiares y T.C.A.E no son los enemigos, los operarios de limpieza, los curritos tampoco, ni el personal de control, etc, es la dirección, gerencia y administración de la comunidad quienes deben dar la cara, ser trasparentes y exponerse a las responsabilidades por muy nefastas que sean para ellos.
Abogar por una ley de dependencia eficaz y de calidad para todos, por unas residencias integramente públicas, y por una honorable labor de los profesionales, que beneficie a todos los residentes