Un total de 1.770 kilogramos de aceite doméstico usado reciclaron los vecinos de Yebes y Valdeluz a lo largo del pasado año en los cuatro contenedores que existen en las islas ecológicas de este municipio, cifra que supone un incremento del 17’2% con respecto a 2015, anualidad en la que se reciclaron 1.510 kg de este residuo. Este “fructífero y próspero” balance es consecuencia del acuerdo que la Concejalía de Medio Ambiente mantiene con la empresa Servicios Ecológicos de Recursos para el Campo. Así, las comunidades de vecinos, particulares y establecimientos tienen acceso a la cadena de reciclaje de este residuo altamente contaminante y, al mismo tiempo, se garantiza su recogida controlada. Vidal Gaitán celebra la “indispensable colaboración” de los vecinos del municipio, que han entendido las ventajas que resultan de reciclar este residuo. “Sin esa implicación y concurso, esta iniciativa se iría al traste y estaríamos hablando de una fatalidad ambiental”, explica el concejal de Medio Ambiente.
Anualidad
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2012
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2013
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2014
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2015
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2016
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Cantidad
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524 kg
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860 kg
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1.074 kg
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1.510 kg
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1.770 kg
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Desde que el Ayuntamiento de Yebes puso en marcha este servicio en enero de 2012, se ha evitado que 5.738 kilos de aceite vegetal usado hayan ido a parar a la red de saneamiento desde los desagües e inodoros. Gaitán subraya que la depuración de este vertido que llega a la planta de Valdeluz desde estos conductos obliga a aumentar el consumo de agua al requerir un mayor volumen de caudal, “lo que incrementa una factura que pagamos todos”. El coste de depurar un kilo de grasa está en torno a 2’5 euros, mientras que en clave de impacto ambiental un litro de aceite doméstico usado emitido a la atmósfera supone 1,32 kilos de CO2. Gracias a este servicio de reciclaje, en estos últimos cinco años se ha impedido la emisión de más de 7,5 toneladas de dióxido de carbono al aire.
Con un censo de población de 3.213 habitantes, Yebes y Valdeluz consumen más de 40.000 litros de aceite vegetal al año, es decir, en torno a 13 litros por habitante, de los que unos cuatro se desechan. Cada vecino recicló algo más de medio litro de aceite usado en 2016, que equivale a poco más del 16% de la cantidad total que se podría haber recuperado. Poner al alcance de los ciudadanos estos recursos para el reciclaje de este residuo, que es capaz de contaminar mil litros de agua con un solo litro, mejora de forma ostensible su conciencia ecológica y ambiental, aunque “aún hay margen para mejorar estos números”, opina el concejal de Medio Ambiente, que insiste en que la labor de concienciación empieza en el hogar y pasa por inculcar ese hábito a toda la familia.
El principal inconveniente del aceite doméstico usado es la contaminación de las aguas residuales urbanas. Debido a su característica aglutinante, la grasa genera bolos que producen considerables atascos en las cabeceras de las canalizaciones de la red de saneamiento. Al margen del elevado coste económico de su eliminación en la depuradora, hay que tener en cuenta que el vertido incontrolado en los fregaderos de las cocinas requiere el uso de un importante volumen de litros de agua potable, que ha de ser calentado con el consiguiente gasto energético, al que hay que sumarle el detergente. Una actividad que está valorada en unos 40 euros por hogar y año, lo que en el caso de Yebes y Valdeluz equivale a más de 45.000 € anuales.
SERCAMPO es el gestor autorizado de estos aceites usados que se encarga de la recogida selectiva y su correcto tratamiento. El acuerdo que el Ayuntamiento de Yebes mantiene con esta empresa garantiza que el residuo depositado en los cuatro contenedores del municipio sirve de materia prima para la fabricación de carburante biodiesel, por lo que “nos aseguramos que tiene una aplicación práctica”. Estos depósitos tienen una capacidad de almacenamiento de 240 litros, han sido patentados por la propia empresa suministradora, su diseño evita pérdidas a la vía pública y minimiza cualquier deterioro producido por un acto vandálico. Vidal Gaitán apela a la responsabilidad de los usuarios de este servicio para que “se utilicen botellas de plástico debidamente cerradas, con un tamaño entre uno y dos litros o, en su defecto, garrafas de cinco litros”.