Dice el dicho que la incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente. La sabiduría popular está cargada de verdad.
La incompetencia impide tener las facultades necesarias para resolver problemas con eficiencia, por lo que es la peor calificación que se otorga al desempeño, y se da en todos los niveles: ejecutivos, empresariales, políticos y por supuesto, en la cotidianidad.
Por otro lado está la ineptitud: la falta de destreza, habilidad o competencia. Estamos de acuerdo en que un médico demostraría su ineptitud en la práctica de la medicina si por error retirara el bazo de un paciente en lugar de su riñón, que era la operación que tenía prevista. Sin embargo, no somos capaces de afirmarlo con tanta rotundidad cuando se trata de hablar de la práctica política.
Vamos a centrarnos en el ámbito político municipal, concretamente en el gobierno de Blanco.
Los vaivenes que ha sufrido este gobierno municipal desde que ostentara el poder allá por mayo de 2015 no cuenta con precedentes. Cambios de portavocías y tenencias de Alcaldía en menos de un año, pactos de gobierno fraudulentos con concejales no adscritos y dimisiones han puesto de manifiesto, antes de llegar a la mitad de la legislatura, que nuestro municipio lo dirige un gobierno inepto. Es un equipo sin plan ni capacidad de gestión. Que cada día demuestra mayor desidia y una desbordante ineptitud.
Ejemplos de esta incompetencia y gestión nefasta del equipo municipal encontramos muchos en todo el municipio. Sólo basta con mirar el estado de las instalaciones deportivas, las calles, los parques, los jardines… Concejalías todas ellas que recaen sobre el mismo edil, el señor de Luz. Qué decir de su actitud como responsable de las distintas áreas. Después de haberse comprometido en Pleno a actuar ante el estado de deterioro y suciedad que presenta el municipio, lo sigue teniendo hecho una cochambre, al igual que las instalaciones deportivas y está permitiendo con su inacción, porque este señor no actúa, que Azuqueca de Henares presente un estado de dejadez y abandono generalizado. Muchos otros por menos tuvieron la vergüenza de dimitir.
Hemos asistido durante estos dos años de legislatura a constantes despropósitos que confirman una etapa de desgobierno y de ausencia absoluta de proyecto. Dos años bastan y sobran para despejar todas las sospechas.
Es el gobierno de las carencias porque carece de un plan para la ciudad. No gestiona ni soluciona. En lugar de marcarse unos objetivos va de ocurrencia en ocurrencia. En cambio, abusa del postureo y de la política del “hacer que hago” cuando en realidad no hace nada.
El gobierno de Blanco ha llegado al ecuador de su mandato habiendo agotado todo su crédito. Esa es la realidad.
Si (
No(
