Un autónomo echa un pulso al Ayuntamiento de Madrid y consigue anular decenas de multas de circulación

J.M.R es repartidor de comida, va con su furgoneta de comedor en comedor, recorriendo cada día Madrid.

Uno de sus clientes, tiene el establecimiento en el madrileño barrio de lavapiés, ruta diaria ineludible para nuestro repartidor.

Por la calle habitual por la que realiza el servicio, se permitía circular a los vehículos para la "carga y descarga en días laborables de 10 a 13hrs". Sin embargo, de un día a otro la señal que regulaba el paso se modificó, añadiendo que únicamente es válida para "vehículos autorizados". Un cambio sutil, y desde luego imperceptible para el que pasa cada día por esa calle.

Es aquí cuando empieza la historia de David contra Goliat, pues de repente llegaron hasta 30 multas por no respetar las señales de tráfico, siendo cada multa de 90 Euros, lo que enfrentaba a J.M.R al pago de casi 3000 Euros, importe que se negó a asumir, comenzando en este momento una batalla legal que finalmente ha ganado después de año y medio.

Contrató a Servilegal Abogados, despacho especializado en derecho administrativo, quienes defendieron que únicamente se podía hablar de una sanción, pues se trata de un mismo hecho que se sanciona hasta 30 veces, no pudiendo ser conductas sancionables distintas si no tiene constancia que está prohibido.

Su letrado D. Ignacio Palomar Ruiz, argumentó que se debía aplicar el principio "non bis in idem", propio del derecho penal, que quiere decir que no se puede castigar dos veces a alguien por el mismo acto, sin embargo el abogado del Ayuntamiento se oponía a ello. Sin embargo, el tiempo y la batalla mereció la pena, de este modo consiguió que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Nº7 de Madrid ordenara al Ayuntamiento devolver todo lo cobrado por las multas, convirtiéndose en buen regalo para estas navidades.