El presidente de la Diputación, José Manuel Latre, ha asistido hoy en Mazuecos a las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Paz que tienen lugar estos días en la localidad. Junto al alcalde, Roberto García, y concejales de la Corporación municipal, ha tenido ocasión de participar en los actos programados con la recogida de la Soldadesca, pasacalles con la Banda de Música y botarga; tradición declarada de Interés Turístico Provincial. Posteriormente se ha celebrado la Santa Misa en honor a la patrona y la procesión alrededor del templo. A la misma también han asistido los diputados provinciales Juan Pedro Sánchez y Francisco Javier Pérez, así como alcaldes de la zona y multitud de vecinos del pueblo.
El presidente ha recordado la historia de esta festividad que data de hace casi 600 años constituyendo “una tradición popular que no debemos perder”. En este sentido, se ha referido a la participación de la gente joven como “activo seguro de que tiene que seguir celebrándose año tras año”. Latre ha mostrado el apoyo de la Diputación a esta fiesta que está declarada de Interés Turístico desde finales de los años 80 y ha animado a seguir participando con la gran devoción que han demostrado todos los vecinos.
Por su parte, el alcalde de Mazuecos, Roberto García, que ha señalado que este año se estrena bandera, traje de bandera y de capitán, ha remarcado que “hoy, junto a mañana, es el día grande en el que se celebra la patrona que desfila desde finales del siglo XVI con la Soldadesca por una promesa”, en referencia a la historia de la tradición. “Son fechas de gran simbolismo en la que todos, hijos del pueblo, aunque vivan fuera, vienen a venerar a la virgen de la Paz igual que gente de pueblos del entorno”, ha dicho deseando “que no se pierda aunque cueste mucho mantenerla”.
Historia de la tradición
Esta fiesta conmemora el hecho de que uno de los vecinos de Mazuecos que participó en la batalla de Lepanto perdió un brazo al usarlo para tapar una vía de agua causada por un proyectil enemigo y quiso dejar constancia de su heroica hazaña, aunque otras versiones dicen que ante la gangrena sufrida en el brazo, tras largo tiempo utilizándolo como tapón, era precisa su amputación, pero encomendándose a la Virgen de la Paz consiguió conservarlo gracias a la milagrosa curación.
La principal función de la botarga es acompañar a la Soldadesca en su desfile camino de la iglesia. La soldadesca va ataviada con trajes de los tercios de Flandes, en rojo y amarillo, botas y sombrero de época, armados con alabardas y está formada por un capitán, un alférez o abanderado, un sargento, dos cabos y cinco soldados.
Tras asistir a misa y ya en el exterior frente a la imagen de la Virgen se va subastando sucesivamente el privilegio de “dar a la bandera”. Por cada una de las veces que ésta se ondee habrá de darse una vuelta con la imagen alrededor de la iglesia.