La prueba de conducción es un elemento esencial en la compra de un coche de segunda mano porque permite hacerse una mejor idea del estado del vehículo y, sobre todo, de las sensaciones que se tienen al conducirlo.
La principal diferencia entre la prueba de conducción de un coche usado y de un coche nuevo, es que en los segundos, el estado del vehículo se presupone perfecto, por lo que en principio no hace falta hacer ciertas comprobaciones. Simplemente centrarse en la comodidad del vehículo y los sentimientos al conducirlo, será suficiente para hacernos una idea de la experiencia de conducción. No obstante, para ello, la prueba debe ser suficientemente larga y permitirnos salir a la carretera, acelerar en pendiente, frenar de una forma un poco brusca, etc.
Pero cuando la prueba de conducción se refiere a un coche usado, podemos comprobar muchas más cosas. Aquí te damos un listado de varios detalles en los que te debes fijar:
Los ruidos:
Los ruidos dicen mucho de un coche. Desde junturas, puertas o ventanas que no cierran bien, hasta el mal funcionamiento del motor o la caja de cambios, todo tipo de ruido, dependiendo de cómo suene, puede suponer un alerta o un sondo tranquilizador de que todo va bien.
Los frenos:
En una buena prueba de conducción conviene acercarse a un lugar seguro y probar los frenos. En primer lugar hay que comprobar que, lógicamente, frenen bien y, en segundo, que no afectan a la dirección. Si en la frenada el coche se desvía, puede que alguno de los frenos tenga algún problema.
Los humos
Al poner en marcha el coche, debemos fijarnos en si el humo tiene un aspecto normal o si por el contrario es demasiado oscuro. Si se detecta alguna anomalía, lo mejor es volver a comprobarlo más tarde cuando el coche ya haya circulado, ya que podría deberse a la simple inactividad o a un verdadero problema.
Ventilación
¿Quién no ha ido alguna vez en un coche viejo en el que no funciona el ventilador o el aire no sale por todos los orificios debidos? Es una sencilla comprobación, fácil de olvidar pero que afecta a la comodidad de todos los pasajeros.
Suspensión
Comprueba que el coche no rebota demasiado y que los neumáticos de un lado no están sensiblemente más desgastados que los del otro.
Testigos luminosos y faros
Todas las luces, tanto externas como internas, del coche deben funcionar a la perfección y para comprobarlo la prueba de conducción es el momento perfecto. En cuanto a los testigos luminosos, es habitual que se enciendan todos al encender el motor, así que fíjate bien en ese momento.