Más del 50% de las lentes graduadas vendidas en España son de índice 1.5 (1), el más común entre los niños, y no proporciona protección UV total a los ojos

Madrid. 19 de noviembre de 2018. El Día Universal del Niño, el 20 de noviembre, está dedicado a todos los niños y niñas del mundo. Es un día de celebración por los avances conseguidos, pero, sobre todo es un día para llamar la atención sobre la situación de los niños más desfavorecidos, para dar a conocer los derechos de la infancia y concienciar a las personas de la importancia de trabajar día a día por su bienestar y desarrollo.

En este último sentido, y como empresa socialmente responsable, dedicada a la salud visual, ZEISS entiende como parte de su misión incidir en la prevención para mejorar la salud visual de los niños y niñas, y propiciar hábitos saludables que favorezcan la mejor visión de la infancia, no sólo durante este periodo, sino también a lo largo de la vida. Un exceso de exposición a los rayos UV en nuestros ojos los primeros años de vida puede devenir posteriormente en patologías oculares favorecidas por el efecto acumulativo de esta radiación tales como catarata, pterigium, melanoma o fotoqueratitis, o en otras que se desarrollan alrededor del ojo: pinguécula, melanoma, fotoenvejecimiento o carcinoma.

Cuando los padres piensan en proteger a sus hijos de los rayos UV, lo primero que les viene a la mente es salvaguardar con cremas la piel de los niños en los largos días de calor del verano. Sin embargo, piel y ojos son sensibles a la radiación UV no solo cuando brilla el sol, sino también en la sombra. No solo al mediodía, sino todo el día, todos los días. Hasta en un día nublado, de otoño o de invierno, la radiación UV puede llegar a un 70 o 75 por ciento a nivel del suelo por reflejo y dispersión. El agua, por ejemplo, refleja hasta el 20 por ciento de la radiación UV; la nieve fresca, cerca del 88 por ciento, la arena de un parque hasta el 25 por ciento, y una calzada de hormigón o una cancha deportiva dependiendo del origen de su superficie, aproximadamente, un 12 por ciento.

Y, como su piel, los ojos de los niños son especialmente sensibles a los rayos UV. Mucho más que los de un adulto. Cuando cumplimos 20 años, hemos absorbido casi tanta radiación UV como la que habremos absorbido entre los 20 y los 60 (2). Además, los ojos de los niños son 7,5 veces más vulnerables a los efectos dañinos de los rayos UV. La naturaleza inmadura de su cristalino hace que la transmisión de esta radiación sea de hasta un 75%, en el caso de niños menores de 10 años, en comparación con el 10%, en los mayores de 25 (3). “Teniendo en cuenta el efecto acumulativo de esta radiación, cuanta más podamos evitarle a los ojos de nuestros hijos en sus primeros años de vida, mejor”, afirma Alberto Cubillas, Director General de Carl ZEISS Vision España.

BENEFICIOS Y DESVENTAJAS DE LA RADIACION UV

Expertos en visión están de acuerdo en que una de las formas más simples y eficientes de prevenir, o retrasar, el inicio o la progresión de enfermedades relacionadas con los ojos es el uso de lentes oftálmicas (coloquialmente, los cristales de las gafas) con protección UV total hasta 400 nanómetros, como la define la Organización Mundial de la Salud (OMS), comenzando en la infancia. Las lentes oftálmicas varían significativamente en su capacidad para filtrar la radiación UV. Mientras algunas lentes de alto índice hacen un trabajo razonable, el material estándar 1.5 solo filtra hasta 355 nm. Más del 50% de las lentes orgánicas vendidas en España son de índice 1.5 (1), que por otra parte, es el más común entre los niños, y no proporcionan una protección UV total.

Desde el 1 de mayo, cualquier lente transparente orgánica de ZEISS cuenta con un nuevo estándar en salud visual que se autoimpone la multinacional alemana. La Tecnología ZEISS UVProtect ha logrado que, por primera vez, cualquier lente orgánica trasparente de la marca cuente con protección total de hasta 400 nm, de serie. 100% protección, 100% preocupación por la salud visual, también en materia de optometría infantil. Así, los ojos de un niño o niña que lleve gafas graduadas transparentes estarán tan protegidos de esta radiación como si llevara unas gafas de sol de calidad”, concluye Cubillas.