Este mes de marzo, el detalle monumental del programa Guadalajara Abierta se adentrará en la tradición escultórica en época renacentista. Tomando como base los restos de los sepulcros de Juan Sánchez de Oznayo, camarero mayor de los duques del Infantado, y su esposa, Mencía Núñez, así como los fragmentos del sepulcro de los condes de Tendilla, los visitantes que acudan a la capilla de Luis de Lucena tendrán la oportunidad de conocer un poco más acerca del cambio que se produjo en el Renacimiento a la hora de decorar túmulos y representar al fallecido en ellos.
Los restos que se encuentran en la capilla estuvieron en su momento ubicados en la Iglesia de san Esteban de nuestra ciudad, y el convento de Santa Ana de Tendilla, actualmente desaparecidos. Constituyen, junto con los frescos que decoran la techumbre del edificio, los atractivos fundamentales del interior de la capilla, y forman parte habitual de la visita al edificio, mostrando parte del patrimonio de una época –el Renacimiento- en la que Guadalajara fue centro cultural indispensable en el centro de la península.