El III Certamen de Bandas de Cuaresma de Valdeluz muestra el virtuosismo y pasión de la música cofrade
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REDACCION
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redaccionguadanewses/9/9/19
domingo 31 de marzo de 2019, 21:40h
Hasta tres bises tuvo que tocar la Banda de Cornetas y Tambores ‘Nuestro Padre Jesús Rescatado’ de La Solana (Ciudad Real) a petición del numeroso público, que ayer asistió al III Certamen de Bandas de Cuaresma de Yebes y Valdeluz. La formación manchega demostró el porqué de la fama y notoriedad que le precedían y exhibió sobre el escenario de la Plaza de la Encina de Valdeluz una exquisita coordinación rítmica entre las secciones de viento y percusión.
En la que brillaron con luz propia unos emocionantes y virtuosos solos de corneta por parte de sus primeras y segundas voces, que hicieron que el respetable prorrumpiera en improvisados aplausos. No en vano, esta banda manchega atesora multitud de premios a lo largo de su dilatada trayectoria, cuyos inicios se remontan a 1965. Una actuación sobria, rigurosa y solemne que alcanzaría su momento álgido con la interpretación de la marcha procesional ‘Eternidad’, original de Manuel Jesús Guerrero y Sergio Larrinaga, composición de extrema dificultad interpretativa que emocionó y cautivó a los asistentes.
La encargada de abrir esta tercera edición de la muestra bienal de música cofrade de Yebes y Valdeluz sería la Banda de CC y TT ‘Nuestro Padre Jesús Nazareno’ de Guadalajara, un proyecto que nació en los albores de 2012 de la mano de los miembros del grupo de tambores y timbales que desfilaron aquel año en la procesión de las estaciones de Penitencia de la Hermandad de la Esclavitud, que tiene su sede en la iglesia de San Nicolás el Real de la capital y que procesiona la imagen que da nombre a la banda.
Para la ocasión desgranaron un variado y rutilante repertorio que fue de menos a más y que iniciaron con ‘Luna de Triana’ de Francisco Japón Rodríguez, marcha de un bello compás melódico que tendría su continuidad con ‘Silencio blanco’, compuesta por José Julio Vera Cúder y Ángel Alcaide y que los integrantes interpretaron de una forma soberbia. Pero sería con ‘A Jesús, el Nazareno’ y, sobre todo, con ‘Bulería en San Román’ de José Pavón, una de las marchas más icónicas del repertorio de estas bandas, con las que lograrían el momento de mayor maestría instrumental.
A caballo entre las bandas de cornetas y tambores y las bandas de música, mezcla del sonido militar y la musicalidad de ambos estilos, la Agrupación Musical ‘Humildad y Fe’ de Alcalá de Henares se presentó en este Certamen de Bandas de Cuaresma con una antología de marchas de ritmo lento y cadencioso, cuya carga interpretativa era soportada por la sección de trompetas.
Una formación muy joven en cuanto a sus componentes y antigüedad ya que el próximo 14 de mayo cumplirá dos años desde su fundación, que ha evolucionado de forma sorprendente hasta lograr una meritoria destreza instrumental y rítmica. Que conseguiría los compases de mayor brillantez con ‘Mater Omnium’ de Pablo Perea Garrido y ‘Corazón de San Juan’, original de Alejandro Blanco Hernández, marcha de una enorme fuerza emocional cuya estructura clara y clásica respetó la agrupación alcalaína y compaginó con la melodía pegadiza, alegre y romántica de la partitura.
Como ya es tradicional, el III Certamen de Bandas de Cuaresma de Yebes y Valdeluz puso el broche de oro con la interpretación en su versión corta de la Marcha Real (Marcha de Granaderos), original de Manuel Espinosa de los Monteros, a cargo de la Banda de CC y TT ‘Nuestro Padre Jesús Rescatado’ de La Solana, que acudió a esta muestra con más de 70 componentes.
Con anterioridad, el Ayuntamiento de Yebes hizo entrega a los directores de las bandas participantes de unas placas conmemorativas en señal de agradecimiento, así como a Gerardo Cabellos, impulsor y alma mater de esta muestra de música cofrade.
Al finalizar el evento, Juan Antonio Perojo valoraba el cambio de ubicación de las actuaciones a la recoleta Plaza de la Encina de Valdeluz, “que al ser cerrada en tres de sus lados ha permitido apreciar con más nitidez y sonoridad los acordes, cadencias y resonancias de las marchas y, mejor aún, los solos de cornetas y redobles de tambores”, valoraba el concejal de Cultura. Las dos primeras ediciones tuvieron como escenarios la pista principal del polideportivo de Valdeluz y los exteriores de las pistas de atletismo.