Las calles de Horche acogieron este sábado una nueva edición del Belén Viviente
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REDACCION
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redaccionguadanewses/9/9/19
domingo 29 de diciembre de 2019, 13:41h
En una localidad como Horche en la que los belenes son una respetada tradición no podía faltar tampoco su Belén Viviente, que este sábado llenó un año más con sus representaciones las calles horchanas.
La cita, completamente gratuita y que cuenta con tres pases, comenzó a las 18:30 horas en la Plaza Mayor. “El Belén Viviente es uno de los mejores momentos para visitar Horche y vivir la Navidad de nuestro pueblo”, concede Juan Manuel Moral, alcalde de Horche. Y añade: “No puedo dejar de animar a toda la gente de la provincia para que se acerque el sábado a dar un paseo por nuestro pueblo y así se maravillen con el gran trabajo que realizan todas las personas del Belén Viviente”.
Instaurado en el año 2016, el Belén Viviente de Horche encontró desde su creación el apoyo tanto del Ayuntamiento de la localidad como de las asociaciones del municipio y de todos los horchanos y horchanas.
En la actualidad, se representan siete escenas con sus distintos decorados: la Anunciación, la discusión entre Agripina, San José y la Virgen buscando posada en el Palacio de Herodes, las aguadoras con sus cántaros comentando la buena nueva, la aparición del Ángel a los pastores para anunciarles el nacimiento de Jesús, las lavanderas comentando las subidas de impuestos y la llegada de Jesús y, finalmente, la tradicional escena del Portal de Belén y de la adoración de los Reyes Magos.
El recorrido de las escenas es el siguiente: Plaza Mayor, Calle Mayor, Fuente Nueva, Calle del Hospital hasta la Fuente Vieja y el Lavadero, Calle del Convento, Travesía del Convento y Calle del Lobo hasta finalizar en la Iglesia Parroquial.
Asimismo, los soportales de la Plaza Mayor se llenan con puestos de alrededor de veinte oficios tradicionales, como son la carpintería, la panadería o la herrería; mientras que la citada Plaza Mayor acoge también unas representaciones complementarias de mendigas y un patio de animales. Todo ello aderezado, como no puede ser de otra manera, por las rondas horchanas y sus villancicos populares, y por castañas, pan y el rico vino horchano, que puede ser bebido tantas veces se quiera en un vaso de cerámica que la organización vende al simbólico precio de un euro.