El PP de Feijóo concentra el voto de centro-derecha y mantiene la mayoría absoluta en Galicia, las marcas En Marea/Galicia al borde de la desaparición parlamentaria
lunes 17 de febrero de 2020, 08:58h
El presidente de la Xunta de Galicia y candidato del PP a las elecciones autonómicas del 5 abril sobrevive al retroceso de su partido en el conjunto del país y todo apunta a que podría repetir su mayoría absoluta en las urnas. Según el último barómetro de ABC/GAD3, el PP volverá a imponerse en Galicia con holgura y seguirá en el poder, sin necesidad de aliarse con Ciudadanos ni Vox, partidos con una escasísima implantación en esta comunidad. En la izquierda, el populismo se hunde y tanto los socialistas como los nacionalistas del BNG recogen sus votos perdidos.
El Partido Popular lograría en este momento 41 diputados, en un Parlamento de 75. Son los mismos que consiguió en las elecciones de septiembre de 2016, y que fortalecieron a Feijóo, como único barón del PP con mayoría absoluta en España, en un momento de horas muy bajas para su partido. Los populares gallegos apenas sufren desgaste por los años de Gobierno, desde que Feijóo fue investido como presidente de la Xunta en 2009. Según el barómetro de GAD3, el PP obtendría una estimación de voto del 46,9 por ciento, seis décimas menos que en las elecciones anteriores.
Con ese resultado previsible, Feijóo se ha negado a aceptar una coalición electoral con Ciudadanos, ni mucho menos una ocultación de las siglas del PP para presentar una plataforma bautizada como Galicia Suma o, como prefiere Inés Arrimadas, Mejor Unidos. Si las siglas del PP siguen teniendo la fuerza de antaño en algún lugar es, precisamente, en Galicia. Y si el centro-derecha se presenta unido en alguna comunidad esa es también la gallega. Por eso Feijóo no quiere oír hablar de alianzas electorales ni nada parecido, y como mucho ha ofrecido a Ciudadanos la posibilidad de incorporar a algunos de sus dirigentes en las listas del PP.
Ciudadanos llegó al 3,4 por ciento de los votos en las elecciones de 2016, supuestamente cuando el partido de Rivera estaba en uno de sus mejores momentos. Los 48.000 votos que logró en toda la comunidad no se tradujeron en ningún escaño. Ahora, en pleno declive, se quedaría en la mitad de los votos, con una estimación del 1,7 por ciento. Serían más de 20.000 votos, que quizás podrían ser importantes si la campaña se complica para Feijóo, de ahí que algún dirigente del PP haya pedido un acuerdo para que esos apoyos de Ciudadanos se aprovechen y no se pierdan.
El caso de Vox es algo distinto. La coalición con el partido de Abascal ni siquiera se plantea. Vox no se presentó en las gallegas de 2016, y ante el 5 de abril tiene una estimación de voto del 2,9 por ciento, que se quedaría con cero diputados. A poco que se movilice el voto útil durante la campaña a favor del PP, ese porcentaje podría reducirse.
Caída del populismo.-
En la izquierda, el derrumbe del populismo lo deja al borde de la desaparición parlamentaria. Las marcas En Marea/Galicia en común pasarían del 19,1 por ciento de voto de septiembre de 2016 a solo el 5 por ciento. Los catorce diputados que lograron en las pasadas elecciones se quedarían ahora en dos, con riesgo de perderlos si bajan de la barrera del 5 por ciento del voto en La Coruña y Pontevedra, que es donde los conseguirían. En Lugo y Orense se quedan en blanco.
El retroceso de los populistas beneficia directamente al PSOE y a los nacionalistas del BNG. Los socialistas gallegos se consolidan como primer partido de la oposición, con una estimación de voto del 26,2 por ciento (8,3 puntos más que en 2016), y pasarían de tener catorce diputados a 21. Siguen siendo 20 menos que el PP.
El BNG también se beneficia del desastre de los populistas. Casi dobla su voto y sus escaños: del 8,4 por ciento al 14,7 por ciento, con once diputados, frente a los seis de 2016.