Carta semanal del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara : Jornada Nacional de Caridad
miércoles 10 de junio de 2020, 10:34h
La celebración del Corpus Christi hemos de verla en íntima conexión con la institución de la Eucaristía, el día de Jueves Santo. Si aquel día centrábamos nuestra atención y poníamos nuestro corazón en la primera Eucaristía celebrada por Jesús, hoy el misterio eucarístico es presentado para ser contemplado y adorado por todo el Pueblo de Dios. Lo que Jesús nos regaló en la cena pascual con sus discípulos, es decir, la entrega de su Cuerpo y de su Sangre por nuestra salvación, el día del Corpus Christi la Iglesia lo celebra solemnemente y lo muestra para la veneración y adoración de todos los hombres.
Con la procesión del Santísimo por las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades, aunque este año no podamos celebrarla por las normas sanitarias, la Iglesia quiere expresar que el amor de Dios, manifestado en la entrega de Jesús hasta la muerte, no es solo para unos pocos, sino que está destinado a todos. Jesucristo resucitado, realmente presente en las especies del pan y del vino, acompaña, guía y orienta la peregrinación de todos los seres humanos, si creen en El, hacia la Jerusalén celestial.
Como un nuevo Moisés, el Señor nos da el verdadero maná, su Cuerpo y Sangre, para saciar nuestra hambre y nuestra sed de eternidad, para que podamos recorrer el camino del desierto de este mundo sin desfallecer ante las dificultades de cada día. Es más, Jesús nos da su propia vida para que vivamos y actuemos siempre como hermanos, como miembros de su Cuerpo, como peregrinos hacia la patria verdadera y definitiva.
Quien participa conscientemente en la Eucaristía descubre el amor del Padre que cada día nos entrega a su Hijo bajo las especies sacramentales para que entremos en relación íntima con Él por la comunión, pero también para que le reconozcamos luego presente en los hermanos, especialmente en los más necesitados y despreciados.
De la comunión con Cristo, nace la caridad. La celebración de la Jornada nacional de la caridad en este día nos recuerda a todos los bautizados la responsabilidad de trabajar en comunión con todos los hombres para construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria. La comunión con el amor de Dios, entregado y donado bajo las especies sacramentales del pan y del vino, nos obliga a los bautizados a vivir el mandamiento del amor, pues la práctica de la caridad no es solo responsabilidad de un grupo de especialistas, sino de todos los bautizados.
Esto quiere decir que, si nos desentendemos de los problemas de los hermanos, no celebramos bien la Eucaristía. Los cristianos, si entramos en comunión con Cristo en la Eucaristía, tenemos que aprender de Él a entregar nuestra vida cada día en el servicio a todos los hombres, especialmente a los
marginados por la sociedad.
Con mi sincero afecto, feliz día del Corpus Christi.
Atilano Rodríguez, Obispo de Sigüenza-Guadalajara