A continuación se reproduce, por su interés y actualdad, el editorial que este miércoles publica el diario digital OKDIARIO :
La cifra es insoportable: España supera ya los 75.000 muertos reales por coronavirus. Concretamente, 75.175 fallecidos. Y todo ello, mientras las cifras oficiales del Ministerio de Sanidad del Gobierno socialcomunista no admiten más de 43.668, 31.507 menos, todas ellos personas olvidadas por un Ejecutivo que parece decidido a ocultar hasta el final las verdaderas dimensiones de la tragedia sanitaria.
Los últimos datos procedentes del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran un incremento de muertes entre el 9 de marzo y el 8 de noviembre de un total de 70.877 fallecimientos con respecto al mismo periodo del año 2019. Es posible que una parte mínima corresponda a muertes no relacionadas con el COVID-19, pero en su inmensa mayoría son debidas a los estragos de la pandemia.
Pero el dato del INE finaliza el cómputo de su última actualización el citado 8 de noviembre. Y ese dato puede ser complementado con el más actualizado del Ministerio de Sanidad. Así, si se añaden los fallecimientos reconocidos oficialmente por el Gobierno entre ese 8 de noviembre y el 20 de noviembre, la cifra de muertos se dispara hasta los 75.175 citados.
¿A qué espera Pedro Sánchez para reconocer a esos 31.507 muertos, personas con nombre y apellidos, compatriotas con familias? ¿A qué espera Pedro Sánchez para reconocer que su desvío estadístico representa una afrenta y un desprecio al dolor de sus seres queridos? ¿Cómo es posible que 31.507 fallecidos sigan siendo olvidados por un Ejecutivo empeñado desde el principio en trucar las cifras para aliviar falsamente la dimensión de la tragedia sanitaria?
España es el país del mundo donde la brecha entre las estadísticas oficiales de muertos y las cifras reales es más grande, un abismo en el que cabe toda la indignidad, toda la ignominia. Desde el inicio, Pedro Sánchez ha pretendido ocultar la cifra real de muertos por Covid para esconder su mala gestión frente a una comparativa con el resto de países. Pero lo cierto es que, con el dato de fallecidos del Instituto Nacional de Estadística (INE) tomados hasta hace dos semanas, los muertos españoles por millón de habitantes llegaban ya, al menos, a 1.398. Y con esas cifras, España ocupa indicutiblemente la primera posición internacional con un amplio margen sobre, por ejemplo, los 1.081 de Bélgica.
Lo que está ocurriendo en España no tiene precedentes. Un Gobierno instalado en la mentira sigue empeñado en negar la evidencia para tratar de esconder su fracaso. Eso tiene un nombre: indecencia.