El mercado de ocio se ha puesto patas arriba en la última década como consecuencia de las múltiples opciones que aportan las nuevas tecnologías. Muchas de ellas tienen como herramienta vehicular necesaria una buena conexión a internet, ya que ahora mismo, todo se encuentra en la red de redes, pudiendo tener acceso a ese contenido o a las opciones que estos aportan de una manera rápida desde cualquier lugar.
Con todos estos ingredientes, el streaming se ha convertido en una opción cada vez más asidua para muchos targets de la población, pudiendo disfrutar de series de televisión o películas sin necesidad de acudir a ningún establecimiento físico para contemplar esos productos audiovisuales. Plataformas que ofrecen servicios de esta naturaleza como Netflix, HBO o Amazon Prime se encuentran activas en millones de dispositivos de todo el planeta, teniendo todas ellas gran culpa del cambio de modelo en el que está inmerso toda la diversión del planeta y que ya es imparable.
Al igual que ocurre con el campo de los productos que antiguamente se asociaban con la pequeña y la gran pantalla, otra actividad de gran éxito entre miles de personas en todo el planeta, también ha cambiado su modelo de negocio, priorizando las opciones que ofrecen la red de redes. Este no es otro que el campo de las apuestas en línea, las cuales han puesto patas arriba al sector tal y como se concebía décadas atrás. “El cambio en este sistema de entretenimiento es claro y nítido con su asociación a las nuevas tecnologías. Proveedores de juegos han marcado el camino para la generalización de esta actividad entre numerosos estratos de la población, ya que son asiduos los accesos de miles de personas desde cualquier lugar y momento del día”, comentan los expertos del operador de juego español Partycasino.
Con todos estos hechos, es lógico pensar que un cambio de modelo generalizado se está implantando de manera obvia. Todas las actividades de entretenimiento que necesitaban la presencia física del usuario en cuestión han derivado en una forma de consumo mucho más flexible, que permite a la población que utilice estos servicios, adaptarlos a su forma de vida.
En virtud de lo cual se ha conformado la Revolución Digital. Esta transformación se puede asemejar a una Revolución Industrial de nueva era, que ha cambiado por completo la concepción global de todo lo que nos rodea. Es lógico en consecuencia realizarse la cuestión de hasta donde llegará todo ese progreso técnico.