Reducir partidas de gastos superfluos para crear una línea de subvenciones y microcréditos públicos a PYMES y autónomos o de una de una bolsa de viviendas en alquiler social en colaboración con los arrendadores privados, entre otras, fueron rechazadas por el Gobierno de José Luis Blanco.
El grupo de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares le hacía una propuesta al Gobierno municipal, en la pasada sesión plenaria, para reducir determinadas partidas y eliminar otras y disponer así de 2.000.000 de euros más que podría destinar a gasto social.
Según ha manifestado la portavoz del grupo, María José Pérez Salazar, la propuesta era muy clara y con la que se pretendía incluir en los presupuestos una partida destinada a una línea de microcréditos y subvenciones a Pymes, otra para la puesta en marcha de una plataforma digital común para el comercio local y para la creación de la bolsa de viviendas públicas.
Desde IU entendíamos que se podían reducir las partidas destinadas a festejos populares, puesto que el mismo Gobierno anunció que este año tampoco habría fiestas, la destinada a la compra de mobiliario de la administración, la eliminación entre otras, en la que destina 1.500.000 de euros para el proyecto de un edificio funcional denominado “La Caja” y la reducción de cualquier otro gasto superfluo.
Pérez ha lamentado que Blanco no le dedicara ni un minuto a estudiar la propuesta de su grupo y que ni siquiera explicara en el Pleno el motivo por el cual la rechazaba y ha subrayado que es la prueba flagrante de que a este Gobierno le importa más inaugurar un edificio para las próximas elecciones o despilfarrar más de 1.300.000 euros en fiestas, como ha hecho en el 2020, cuando no se han celebrado, que atender a las necesidades la población y del pequeño comercio que agoniza en una situación de crisis como la que atravesamos.
La portavoz de la formación de izquierdas ha finalizado diciendo que si Azuqueca tuviera un Gobierno responsable les habría dado prioridad a estas cuestiones. Sin embargo, ha preferido abandonar a los colectivos afectados, cuando la crisis golpea de lleno y despilfarrar el dinero público, como así lo demuestra la liquidación presupuestaria del ejercicio anterior.