Con motivo del Día Mundial de la Salud, Echániz anima a los castellano-manchegos a mantener hábitos saludables toda la vida

A su juicio, "no hay mejor inversión que la que día a día podemos hacer cada uno de nosotros, para anticiparnos al inevitable declive físico y a la enfermedad y hacer que, cuando llegue, sea lo menos limitante posible". "Vivamos para vivir lo más plenamente que seamos capaces, no sólo para ir viviendo; para ese objetivo, la salud es primordial y cada uno de nosotros tenemos mucho que decir al respecto".

La Organización Mundial de la Salud ha reclamado en esta jornada la necesidad de tomar medidas que mejoren el bienestar de los mayores, tales como la adaptación de los entornos a sus necesidades o la prevención, detección y tratamiento de enfermedades.

Por ello, en este año la OMS pretende ir más allá de la necesaria sensibilización que persiguen jornadas como esta y quiere conseguir la participación de toda la sociedad para adoptar medidas que fomenten el reconocimiento del valor y aportación de las personas mayores a la sociedad. Medidas que, además, deberían contribuir a la protección y mejora de la salud de la población a medida que envejece.

En Castilla-La Mancha, más del 17 por ciento de la población es mayor de 65 años y la región ha registrado un relevante aumento de la esperanza de vida, situándose en torno a los 79 años para los hombres y en los 84 para las mujeres. Según datos de la OMS, en 2050 habrá en el mundo más personas mayores de 65 años que niños menores de 14.

Ese aumento de la esperanza de vida ha sido posible gracias a las mejoras en la salud pública. De ahí la necesidad de poner los cimientos de esa buena salud en las primeras etapas de la vida. La OMS recuerda, por ejemplo, que la desnutrición intrauterina aumenta el riesgo de enfermedad en la vida adulta, que las infecciones respiratorias en la infancia pueden aumentar el peligro de bronquitis crónica en la edad adulta o que los adolescentes obesos o con sobrepeso serán más propensos al desarrollo de enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades circulatorias o cáncer en la edad adulta.