Carta semanal del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara : Gracias por tanto
miércoles 02 de noviembre de 2022, 11:33h
La Iglesia, asumiendo el encargo de su Señor, tiene la misión de anunciar la salvación de Dios hasta los confines de la tierra, de mostrar su amor a todos los hombres, especialmente a los más necesitados, y de celebrar este amor y salvación en los sacramentos. Esta misión, confiada por Jesús a la Iglesia universal, se concreta para cada bautizado en la propia diócesis y en cada una de las parroquias de la misma.
La realización de este encargo es posible gracias a la acción conjunta de los presbíteros, de los consagrados y de los cristianos laicos. Todos, en virtud del sacramento del bautismo, hemos sido constituidos discípulos misioneros y todos somos invitados a colaborar espiritual y materialmente, en la medida de nuestras posibilidades, para que la Iglesia pueda llevar a cabo el anuncio del evangelio, la liturgia y la caridad.
Los bautizados, como miembros del Pueblo de Dios, además de anunciar y celebrar el amor misericordioso de Dios, hemos de concretarlo con nuestras obras en la acogida, la escucha y el cuidado de nuestros semejantes. Especialmente, hemos de mostrar este amor con nuestra cercanía a los marginados, a los emigrantes y a tantas personas que viven tristes, solas y sin esperanza ante el futuro. En estos hermanos se hace especialmente presente y cercano el Señor a cada uno de nosotros.
Cada día hemos de dar gracias a Dios por el testimonio creyente de tantos hermanos que, sin exigir nada a cambio, dedican una parte importante de su tiempo a la acogida, a la escucha y a la solución de los problemas de sus semejantes en las distintas parroquias u organizaciones caritativas de nuestra querida diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Con su testimonio, nos recuerdan que la felicidad no está en la búsqueda de los propios intereses, sino en la entrega generosa de la vida por amor a los hermanos.
La celebración del Día de la Iglesia Diocesana, además de impulsarnos a renovar nuestra pertenencia gozosa a la Iglesia, tiene que ayudarnos también a descubrir y a dar gracias a Dios por sus importantes realizaciones en el anuncio del evangelio, en la actividad caritativa, en el mantenimiento y restauración de los templos parroquiales y ermitas, en la defensa de la dignidad de la persona, en la búsqueda del bien común de la sociedad y en la promoción de la cultura.
Para llevar a cabo estas actividades a favor de la persona, de su formación y salvación, la Iglesia necesita la ayuda divina y la colaboración de todos sus miembros. Gracias a las aportaciones económicas de muchos bautizados en las parroquias o en otras instituciones eclesiales, es posible afrontar cada año la evangelización en la diócesis. Al agradeceros de corazón vuestros donativos, os invito a seguir marcando la X en la casilla de la Iglesia al hacer la declaración de la renta. Con este gesto, no solo ejercéis vuestra libertad, sino que estáis pidiendo que el 0,7 % de vuestros impuestos se dedique a las necesidades de la Iglesia católica.
Con mi sincero afecto y bendición, feliz Día de la Iglesia Diocesana.
Atilano Rodríguez, Obispo de Sigüenza-Guadalajara