Día 6 de febrero. 20:00H. Multicines Guadalajara
Dirección: Mikel Gurrea
Reparto: Vicky Luengo, Pol López, Ilyass El Ouahdani, Josep Estragués,
David Parcet,
Título en V.O: Suro
Nacionalidad: España
Año: 2022 Fecha de estreno: 02-12-2022
Duración: 116 min.
Género: drama
Color o en B/N: Color
Guión: Mikel Gurrea, Francisco Kosterlitz
Música: Clara Aguilar
Fotografía: Julián Elizalde
Distribuidora: A Contracorriente Films
Sinopsis:
Helena e Iván se proponen construir una nueva vida en los bosques de alcornoques, pero sus diferentes puntos de vista sobre cómo vivir en la tierra emergen, desafiando su futuro como pareja.
Crítica de Luis Martínez para diario EL MUNDO:
El western, así en general, se define no tanto por la aventura, que también, como por el misterio. Eugenio Trías, filósofo muy adepto de Hitchcock, mantenía que el hombre, en general y sin especificaciones de género, es un ser fronterizo entre lo físico y lo metafísico. El ser humano se encontraría colocado en este nuestro mundo entre dos vallados (o cercas, decía él): la cerca hermética, detrás de la cual se encuentra lo misterioso, y la cerca del parecer, la del mundo concreto. Entre estas dos líneas, existe un espacio, el límite, donde nos encontraríamos todos nosotros. Pues bien, romper esa frontera ha sido siempre la aspiración de un género cinematográfico empeñado en ir más allá de, precisamente, la frontera, donde los mapas pierden el nombre y los ferrocarriles no avanzan. La línea del horizonte es, en efecto, el misterio.
Digamos que el debutante Mikel Gurrea ha leído a Trías. O debería. O, por lo menos, está convencido de que el cine de verdad se construye siempre contra la valla (o cerca) hermética que encierra indefectiblemente lo innominado. Y así, el director vasco se traslada a la Cataluña profunda para imaginar una historia en la que no faltan forasteros, gentes fuera de la ley, redenciones y un burro (la caballería es siempre importante). De otro modo, western por fuera y western por Trías.
Suro es corcho en catalán.Y Suro es el nombre de la película que cuenta el viaje equinoccial de dos urbanitas a lo más profundo del agro vaciado español. Con este punto de partida, la idea es narrar una historia que tiene que ver con la comunicación o su imposibilidad (cómo conciliar el ecologismo naif con los subsidios que llegan de Bruselas, por ejemplo), con la explotación (y ahí que aparecen los jornaleros del norte de África y las condiciones ignominiosas de trabajo), con el desarraigo (¿es posible acaso inventarse unas raíces ya perdidas para siempre?) y hasta con El hombre que mató a Liberty Valance.
Toda la primera parte de la película, la más brillante, discurre pendiente de la pareja formada por una Vicky Luengo capaz de todo y por Pol López, un actor que desde ya merece un seguimiento cuidadoso. La cámara se pega a las tribulaciones de dos forasteros que no entienden nada más que de su deseo: su deseo compartido por sus cuerpos (se aman y punto) y su deseo de inventarse una vida en común en mitad del campo. Buscan romper los límites, las cercas y las fronteras, convencidos de su más íntimo misterio. Sin duda, es aquí, en la intimidad de su desconcierto, en su sed de aventura más allá de la razón, donde Suro logra sus momentos más brillantes, delicados y hasta violentos.
Bien es cierto, y por aquello tal vez de demostrarlo todo en cada plano (privilegio, sin duda, de osados), que pronto Suro se esfuerza en eso tan discutible de verbalizar cada gesto. Es entonces cuando la película se vuelve mucho más rígida, menos sorprendente. Se quiere mostrar el conflicto entre la gente local y los de fuera y la película se inventa otra película dentro que habla de odio y venganza. Se quiere hacer una reflexión sobre los esquemas patriarcales de la relaciones y, otra vez, la película se inventa una historia de amor triangular que antes que ilustrar confunde.
Tráiler: https://youtu.be/T_XGmL34fzA
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