En el contexto de la conmemoración del 25 aniversario de su declaración como Patrimonio Mundial por la Unesco, la Universidad de Alcalá convoca este año la primera edición del Premio Campus Patrimonio a Universidades, un reconocimiento a instituciones académicas iberoamericanas que hayan demostrado un especial interés en conservar su memoria histórica y su patrimonio universitario.
El galardón ha sido otorgado a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (México), junto a la Biblioteca Palafoxiana, por la trascendencia de su dedicación a la conservación del patrimonio universitario como herencia y legado y por su compromiso por transmitirlo a las generaciones futuras.
El jurado del premio ha estado formado por:
· Presidente: José Vicente Saz, rector de la Universidad de Alcalá
· Secretaria: Cristina Crespo, directora del Gabinete del Rector
· Vocales: Javier Rivera, presidente de la Comisión de la conmemoración
Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense
Bartolomé González, director general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid
Vicente González Olaya, redactor de ‘El País’, especializado en Arqueología, Patrimonio
Cultural e Historia
José Sánchez Carralero, pintor y catedrático de Pintura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense
El jurado ha elegido a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla entre 10 candidaturas, que habían sido propuestas, en esta ocasión, por la Comisión de Patrimonio de la Universidad de Alcalá.
El premio consistirá en un diploma y en una reproducción artística de una clave pinjante del artesonado del Paraninfo de la Universidad de Alcalá y su entrega se celebrará el próximo 21 de septiembre, en un acto que tendrá lugar en el Paraninfo. A partir de entonces, la convocatoria tendrá carácter bianual.
El Premio Campus Patrimonio por la conservación y restauración de sus campus y edificios universitarios ha sido creado con el fin de reconocer a aquellas universidades cuyos campus o
edificios universitarios tengan una relevante conservación de sus rasgos históricos y que alguno de sus edificios haya recibido una restauración respetuosa con la historia y de calidad, ensalzando su autenticidad.
La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Biblioteca Palafoxiana
Las raíces de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) se remontan al siglo XVI, cuando, en mayo de 1578, un grupo de religiosos jesuitas establecieron su residencia en Puebla y, a petición expresa del Cabildo de la ciudad, fundaron el Seminario de la Compañía de Jesús de San Jerónimo. Nueve años después, erigieron un colegio destinado a la formación de las nuevas generaciones novohispanas.
El denominado edificio Carolino alberga hoy la sede oficial de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, una de las universidades públicas más importantes de México, que posee un gran patrimonio de época virreinal que incrementa continuamente con nuevos edificios históricos restaurados y bien conservados. Ejemplo de arquitectura civil virreinal único, con uso desde su creación, este edificio es considerado corazón histórico de esta universidad, y sigue funcionando como espacio de aprendizaje y conocimiento académico. Junto al resto de edificios emblemáticos, recuperados por la BUAP, compone el Barrio Histórico Universitario.
Asimismo, el centro histórico de Puebla acoge otra de las joyas de la ciudad, la Biblioteca Palafoxiana, emblema del barroco novohispano y fundada, en 1646, por el obispo español Juan de Palafox y Mendoza –antiguo alumno de la Universidad de Alcalá-, cuando donó su biblioteca personal, compuesta por 5.000 volúmenes, a los seminaristas de los colegios tridentinos, ordenando que pudiera ser consultada por todo aquel que quisiera leer o estudiar. Se considera, así, la primera biblioteca pública del continente americano.
La sala, reformada en el siglo XVIII, esta abovedada en varios tramos y conserva aún sus armarios de estanterías originales, de estilo barroco, y un retablo policromado coetáneo que contienen el legado de Palafox.
Nombrada, en 1981, Monumento Histórico de México e incluida por la Unesco, en 2005, como parte del programa Memoria del Mundo, en atención a su acervo bibliográfico de fondo antiguo, la Biblioteca Palafoxiana es hoy museo del libro; alberga más de 24.000 volúmenes de los siglos XVI al XIX y continúa sus labores como biblioteca universal.