María Lejárraga: brillo en la sombra
El Centro de la Mujer de Sigüenza continúa su labor de divulgación de biografías femeninas, en este caso con la de la escritora en la sombra, María Lejárraga
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REDACCION
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redaccionguadanewses/9/9/19
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h
El Centro de la Mujer de Sigüenza divulgará entre la sociedad local este mes de julio entrante la vida de la maestra de escuela y escritora María de la O Lejárraga García. Nació en San Millán de la Cogolla (La Rioja) en 1874, de una familia acomodada y recibió una educación esmerada en español y francés que le permitió ejercer de maestra. Ya de pequeña su juego favorito era un teatrillo de cartón en el que daba forma a las lecturas de las que se nutría. Sin embargo, sus inquietudes literarias chocaban con la sociedad en que creció, cerrada a las mujeres. SIGUE
Mujer brillante, inteligente, vital, luchadora y muy prudente. En 1900 se casó con Gregorio Martínez Sierra, escritor más joven que ella, y publicó sus obras de teatro bajo el nombre de éste. Afortunadamente hoy, resulta absolutamente increíble que renunciara a estampar su firma en las obras que llevan el nombre de su marido, pero en esa época, y de aquella manera, aunque el mérito fuese para él, Lejárraga logró divulgar su obra sin el prejuicio de que una mujer escribiese.
Sin embargo, siempre se rumoreó sobre la verdadera autoría de los escritos. Con los años Martínez Sierra y Lejárraga lo admitieron públicamente, especialmente en el exilio, cuando él tuvo una hija con la actriz Catalina Bárcenas y reclamó los derechos de autor de sus obras.
La actividad literaria y cultural de María Lejárraga fue enorme, teniendo como su máximo exponente la exitosa obra Canción de cuna, que ha sido llevada al cine en varias ocasiones. Además de escritora, fue traductora de autores como Shakespeare o Sartre, y fundó junto a su marido importantes revistas de la época como Renacimiento o Helios, difusoras del Modernismo en España, en las que escribieron autores como Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Machado, Benavente o Unamuno. En esta empresa de la revista, al igual que sucedió con su obra literaria, a ojos públicos, su papel quedó en un silencioso segundo plano.
Feminista convencida y activa, afiliada al Partido Socialista, estuvo, no obstante, siempre sometida a su marido, en un auténtico estado de explotación, todo por amor. Sin embargo, viajó primero a París y luego a Bruselas ella sola, para empaparse de lo que se hacía en las escuelas de estos países, ya que a ella le encantaba su labor de pedagoga. La experiencia resultó muy estimulante, si bien chocó con la realidad de la escuela española del momento, al pretender incluir en el programa educativo de la mujer, la gimnasia como asignatura, llegando a tildarla de loca.
María Lejárraga fue pionera del movimiento feminista, creó la Asociación de Mujeres “La Cívica” que llegó a tener mil quinientas socias, con la pretensión de acercar la cultura a las clases medias trabajadoras y obtener el sufragio femenino. Trató de convencer a las mujeres españolas de que el feminismo era compatible con la feminidad.
La vinculación de María Lejárraga con Granada fue siempre estrecha, especialmente desde que escribiera, en los primeros años del siglo, su libro "Granada, guía emocional". En 1933 fue elegida diputada al Congreso de la República por Granada y fue designada vicepresidenta de la Comisión de Instrucción Pública. La Guerra Civil la obligó a un penoso exilio, muriendo en Argentina el 28 de junio de 1974. Precisamente mañana se cumple el trigésimo octavo aniversario de su muerte. Ella se fue, pero su vida ha quedado reflejada en su obra, que permanece como ejemplo para las mujeres.