Con motivo del Día Mundial de la Paella, hoy viernes, celebramos no solo uno de los platos más representativos de la gastronomía española, sino también el valor de la Dieta Mediterránea, reconocida a nivel mundial por sus beneficios para la salud. Este estilo de vida se basa en el equilibrio, la frescura de los ingredientes, y una tradición culinaria que ha perdurado durante siglos.
Este día coincide con la siega del arroz, el ingrediente esencial en la elaboración de este plato, el más internacional de nuestra gastronomía. La paella, con sus ingredientes frescos y naturales como el arroz, las verduras, el pescado y el marisco o la carne, es un símbolo de la Dieta Mediterránea. Esta dieta, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, no solo se limita a los alimentos, sino que también promueve la importancia de compartir las comidas en un ambiente social y relajado.
La pirámide alimentaria de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria[i] refleja que la Dieta Mediterránea está caracterizada por el alto consumo de alimentos frescos y bajo consumo de grasas animales e incluye el consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza, que se integra de manera equilibrada en la alimentación mediterránea. Consumida con moderación (200 mL/día en mujeres adultas y 400 mL/día en hombres adultos sanos), la cerveza puede ser una fuente de nutrientes como vitaminas del grupo B, minerales y compuestos antioxidantes[ii]. Además, estudios científicos han resaltado que el consumo moderado de bebidas fermentadas podría tener efectos positivos sobre la salud cardiovascular y el bienestar general.
En este contexto, Jesús Román Martínez, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación (SEDCA) y de la Fundación Alimentación Saludable, destaca la importancia de este enfoque, "la Dieta Mediterránea no solo se caracteriza por los ingredientes que la componen, sino sobre todo por la manera en cómo se preparan y cocinan y por el placer de compartir. Cierto es que frecuentemente se suele acompañar de alguna bebida fermentada, por lo que hay que recordar la importancia de que, en ese caso, se haga un consumo moderado".
La paella, como parte de la Dieta Mediterránea, es mucho más que un simple plato. Se trata de una experiencia social que invita a compartir en familia o con amigos, una oportunidad para disfrutar de alimentos frescos y bebidas tradicionales.
A la hora de elegir las bebidas para acompañar la paella, es importante considerar la complejidad de sus sabores, que incluyen mariscos, carne, verduras y arroz. Según Sara Cucala, experta en maridajes, “la clave está en seleccionar bebidas que complementen y realcen los sabores de la paella sin sobrecargarla”. En cuanto a la cerveza, la Lager Especial es una excelente opción. Como señala Sara Cucala, “en nariz presenta notas de hierbas aromáticas y un sutil recuerdo de lúpulos, mientras que en boca destaca el tostado del cereal”. Esta combinación equilibra y potencia los sabores de la paella, creando una experiencia gastronómica armoniosa.
“La paella y una cerveza bien fría representan lo mejor de esta cultura gastronómica, donde los alimentos frescos, el compartir en compañía y el consumo moderado son elementos fundamentales”, indica el experto en nutrición. El Día Mundial de la Paella es una oportunidad para resaltar el papel central de la comida y la bebida en la Dieta Mediterránea y las tradiciones españolas, siguiendo un estilo de vida saludable que cuida tanto de la salud física como el bienestar emocional.