La vigilancia de estos espacios está basada fundamentalmente en la inspección ocular de la playa y el agua, así como la toma de muestras en las zonas de baño para comprobar la calidad.
Para proteger la salud de las personas usuarias de estos espacios, la Consejería de Sanidad lleva a cabo un Programa Regional de Vigilancia Sanitaria de las Aguas de Uso Recreativo